Niño torero enloqueció a la Monumental de Manizales | El Nuevo Siglo
César Rincón saca en hombros a Marco Pérez, el niño genio del toreo triunfador en Manizales
Hernando Suárez Albarracín
Sábado, 8 de Enero de 2022
Hernando Suárez Albarracín

Por: Hernando Suárez Albarracín

Lleno hasta las banderas, noche con temperatura más que agradable y un cartel que reunía buena parte de la nómina de toreros contratados para la Feria de Manizales, conformaron el marco del tradicional Festival Nocturno a beneficio del Hospital Infantil de la Cruz Roja.

Julián López “El Juli”, abrió plaza con un toro manso, ido, al que le intentó provocar embestidas, sin éxito. Emilio de Justo, triunfador de la corrida del jueves, estuvo muy bien con un manso al que le cortó una oreja.

José Arcila, estuvo bien aprovechando las bondades de un toro potable, pero con el que se vio falto de mando. A Juan Ortega, esperado con gran ilusión y a quien le veremos el sábado, le correspondió un inservible. David Martínez no tuvo cómo solucionar los problemas de un toro que, con bondad y fuelle, le exigió temple sin saldo positivo.

El sexto del festejo, único novillo de la noche, cambió el lángido rumbo que traía el Festival. Roca Rey lo recibió, en el último tercio, de rodillas con seis pases cambiados en el centro del ruedo. La Plaza se incendió de júbilo; Roca Rey aprovechó las bondades del novillo que iba y venía con gran ritmo al son de sus caprichos. Sonó el pasodoble Feria de Manizales y Roca no dejó enfriar la faena. Así la mantuvo hasta que el palco anunció que concedía el indulto. Fiesta en la Plaza y el Festival salió del letargo en que venía.

Eran las 11:05 de la noche.

Desde mucho antes del paseíllo, los aficionados preguntaban quién era el niño anunciado en el cartel. Una voz advirtió: “Es un genio. En muchas plazas ha armado lío.” Con eso llegamos a la Monumental y a esa hora, 11:05 de la noche, salió Dante, un utrero de dos años y 9 meses de bonita lámina, que resultó ser una maquinita de embestir. Al frente suyo se paró Marco Pérez, el niño de Salamanca, y… con permiso señores.

Casi sin despeinarse mostró no solamente que tiene pasta de torero, sino algo con lo que se nace y no se adquiere en la vida: ¡Clase! Qué personalidad, qué manera de pararse en el ruedo, qué forma de dominar los terrenos, medir los tiempos y las distancias, caminar en la cara del toro… Se necesita imperiosamente rayar en la maestría, para hacer lo que hizo: toreo ortodoxo, profundo, sublime, valiente, de arrojo, en plaza llena y sin un solo movimiento en falso. Se dio el lujo de no amedrentarse cuando el eral estuvo a punto de llevárselo por delante.

Marco nació genio y, por lo mismo, lleva el arte en la sangre. Nadie le enseñó a torear. Nació con ese don y lo tiene en el grado de genio. Como con el suyo nació Mozart. Qué función más artística e insólita hemos visto en la Monumental. Qué cátedra magistral nos ha dado Marco de arte, estética, belleza... verdad!!! de todo... hasta de vergüenza.

Lo que vimos en el ‘redondel sonoro’ de Manizales brillará eternamente por inefable, como nos electrizó por sublime. Un pequeñito vino a dictar cátedra en Manizales sobre los cánones del toreo… y de qué manera lo hizo. Por fuerza de los avatares de ese destino misterioso y maravilloso, pasó por encima de los Julis, los De Justos, los Ortegas... de todo el mundo… César Rincón lo sacó en hombros de la plaza!!! Pareciera cosa de locos. Lo cierto es que lo del viernes fue una locura. Un niño levantó la Plaza para hacerla llorar delirando y delirar llorando.