Glotofobia | El Nuevo Siglo
Martes, 12 de Enero de 2021

Estoy pidiéndole a la Real Academia que incorpore formalmente el término ‘glotofobia’.
Fue Phillipe Blanchet, en el 2014, quien tuvo el ingenio suficiente para sistematizar el concepto en el más puro ejercicio de semántica política.
Entonces, a partir de las raíces gloto (lengua) y fobia (odio), se puede hablar de la discriminación por causa del acento.
De hecho, es muy común el prejuicio basado en la entonación y la pronunciación de las palabras en asociación con las regiones y los territorios.
¿Se habla el francés “puro” en París, el italiano “puro” es el romano, y el mejor castellano es el que se habla en la ‘Atenas suramericana’?
¿Cuántos acentos hay en Colombia, en España, o en Perú, y cuántos de ellos son considerados por el poder heredado como el acento propio de “comunidades inferiores”?
¿Y no está todo ello articulado a comportamientos aparentemente ingenuos o costumbristas con los que se pretende estudiar las idiosincracias y cosmovisiones?
Más allá de que haya sido Simón Bolívar quien lo dijo, ¿no se percibe claramente la relación entre geocentrismo, poder y glotofobia al afirmar que “Bogotá es una universidad, Quito es un convento y Caracas un cuartel”?
El etnocentrismo, que también ayuda a explicarlo, se funde en infinidad de ocasiones con los nacionalismos centrales, formándose, así, un tejido de arrogancias y soberbias (despotismo, en suma) muy relacionado con la geopolítica de la lengua.
En otras palabras, la dicitomía lengua / habla, entendida como aparato de dominación, se convierte en un instrumento de segregación cuando el núcleo cultural predominante de una sociedad busca concentrar el poder con claros criterios de superioridad.
Desde las entrevistas de trabajo o en el desempeño académico, hasta la toma de decisiones y la conformación de los equipos de gobierno, la mezcla entre racismos y supremacismos (con la lengua como telón de fondo) forma un coctel letal que, incluso, desemboca en violencia (no solo cultural ) sino directa.
De hecho, los franceses están introduciendo la glotofobia a su código penal y, explorando las conductas -mayoritariamente invisibles-, mucha gente se reconoce glotofóbica.
Por supuesto la cuestión es particularmente ideológica, está relacionada directamente con la prepotencia, y es un arma de destrucción masiva, también cuando la usan los nacionalismos periféricos marxistas como, por ejemplo, el de “Esquerra Republicana” de Cataluña, un colectivo cáustico en la Madre Patria que repele instintivamente la lengua española, la Corona y la Constitución.
Por supuesto, a alguien puede gustarle más un acento que otro, o sentirse atraído con absoluta legitimidad por una lengua o por otra.
Pero, ¿a cuántos se les atribuye el origen de frases hirientes que, bajo el manto de lo gracioso o costumbrista, no son más que el engendro del sexismo, la marginación y la exclusión? : “Hablo en Español con Dios, con las mujeres en Italiano, y en Alemán con mi caballo.”
vicentetorrijos.com