A Rusia le ‘suena’ despliegue militar en Cuba y Venezuela | El Nuevo Siglo
RUSIA MANTENDRA a sus más de 130 mil efectivos en la frontera con Ucrania ya que no logró ningún avance en las tres reuniones que sostuvo esta semana con Estados unidos, la Otan y la Osce
Foto AFP
Jueves, 13 de Enero de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Luego de tres reuniones que quedaron ‘en tablas’ por las enormes diferencias que en cuestiones tan fundamentales como trascendentales mantiene con Estados Unidos, la Otan y la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Rusia esgrimió otra arma de presión: un eventual despliegue militar en sus aliados Cuba y Venezuela.

Los voceros del Kremlin recibieron esta semana tres ‘no’ seguidos y contundentes en torno a sus protocolos de acuerdo para modificar la arquitectura de seguridad europea y que basa, principalmente, en frenar la expansión hacia el este, rozando sus fronteras, que implicaría un ingreso de Ucrania a la Organización del Atlántico Norte. Ese es el ‘inamovible’ que plantea para retirar a sus más de 130 mil hombres y vehículos militares que mantiene en la zona limítrofe y que encendió las alertas de Occidente sobre una posible invasión a su vecino.

Este jueves, a pocos minutos de concluir el encuentro con los delegados de la OCSE, el viceministro de Exteriores ruso y que encabezó la delegación para las reuniones con Estados Unidos en Ginebra y dos días después con la Otan en Bruselas (el primer encuentro en dos años y medio), Sergei Riabkov, hizo unas preocupantes declaraciones sobre la presencia militar de su país en América Latina.

 En una entrevista con la cadena RTVI, el funcionario ruso sostuvo que "no quiero confirmar o descartar nada", al tiempo que agregó que todo "depende" de los pasos que dé Estados Unidos.

En este sentido, el viceministro ha defendido el derecho de Moscú de reaccionar ante hipotéticas "provocaciones", si bien ha apostado igualmente por la diplomacia para resolver cualquier disputa con otros países, también con la administración que encabeza Joe Biden.

El Gobierno ruso ha reiterado en varias ocasiones su compromiso con Cuba, Venezuela y Nicaragua, países a los que ha ayudado tanto en términos políticos como económicos en estos últimos años.

En esa misma línea de amenaza, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, sostuvo que la adopción de sanciones estadounidenses contra el presidente ruso Vladimir Putin, en caso de agresión a Ucrania, "cruzaría un límite".

"Sanciones contra un jefe de Estado es una medida que cruzaría un límite, sería el equivalente a una ruptura de relaciones", denunció el portavoz al reaccionar sobre la propuesta de los senadores demócratas estadounidenses en tal sentido. Agrego que ello "no facilita el establecimiento de una atmósfera constructiva para las discusiones ruso-occidentales en curso”.

Importantes senadores demócratas estadounidenses presentaron el miércoles un nuevo proyecto de ley de sanciones que pretende castigar a Putin y proporcionar ayuda financiera a Ucrania en caso de una invasión rusa del país.

La ley, llamada "Defensa de la soberanía de Ucrania", prevé sanciones contra el presidente ruso, el primer ministro Mijaíl Mishutin, altos cargos militares y varias entidades del sector bancario ruso.

El anuncio del proyecto de sanciones "extremadamente negativo", según el Kremlin, se produjo horas antes de la reunión en Viena del Consejo Permanente de la OCSE, tercera y última secuencia de una intensa agenda diplomática destinada a desactivar el riesgo de conflicto en Ucrania, de las cuales el único punto de consenso fue la voluntad de seguir dialogando.

"Nos gustaría esperar que prevalezca el sentido común", añadió Peskov, quien subrayó que a Rusia "nunca le ha faltado" ni le "faltará la voluntad política para proseguir el diálogo".

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) acusan a Rusia de preparar un ataque contra Ucrania, aliado de Occidente. Rusia responde diciendo que el despliegue de decenas de miles de soldados rusos en la frontera con Ucrania es una reacción a la creciente y hostil presencia de la Otan pero que no tiene “intención” de atacar a Ucrania y que se retirará de la zona cuando se firme un tratado que prohíba cualquier expansión futura de esa Organización exigencia considerada inaceptable en Occidente.

Riesgo real

El diálogo entre Rusia y Estados Unidos tuvo un nuevo capítulo este jueves en el Consejo Permanente de la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa, que subrayó la "urgencia" de reactivar el diálogo sobre seguridad europea para neutralizar el riesgo de conflicto en Ucrania.

"La situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomática, de detener la escalada y empezar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación", dijo la alemana Helga Schmid, la secretaria general de la organización, e insistió que es "una necesidad urgente".


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La OSCE, fundada en la Guerra Fría para favorecer el diálogo Este-Oeste, "es un lugar único para ello. Cada uno de los 57 Estados miembros está en la mesa de negociación”, agregó. 

Esta Organización es uno de los pocos lugares de intercambio en el que participan tanto Estados Unidos como Rusia.

Polonia, que asumió la presidencia rotatoria anual, también expresó su preocupación, al igual que otros países de Europa del Este que antes estaban bajo el dominio de Moscú.

"Parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca ha sido tan intenso en los últimos 30 años", dijo el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau. "Se trata de un reto importante para la organización, cuyo objetivo es precisamente prevenir la guerra en Europa", añadió.

Al igual que lo expresaran hace dos días algunos de los miembros de la Unión Europea, entre ellos el jefe de su diplomacia Josep Borell en el sentido de que "no se negociará bajo presión", el embajador norteamericano ante la OSCE, Michael Carpenter afirmó que “Debemos rechazar el chantaje y asegurarnos de que la agresión y las amenazas no den nunca sus frutos".

Después de las tensas discusiones en Ginebra entre representantes de Washington y Moscú, la OTAN y Rusia expusieron el miércoles en Bruselas sus profundas "divergencias" en cuanto a la seguridad en Europa.

"Es cierto que nuestras posiciones están en las antípodas, pero eso no quiere decir que no podamos encontrar espacio de entendimiento", dijo el embajador Carpenter en la cadena de televisión independiente rusa Dozhd. 

La cuestión es "determinar bajo qué forma podemos profundizar la discusión en los próximos meses", añadió el representante estadounidense.

En el terreno, los observadores de la OSCE apuntan a un deterioro de las condiciones en las zonas controladas por los separatistas prorrusos en el este del país, que combaten contra el gobierno de Kiev desde hace casi ocho años, denunció Carpenter.

Desde 2014, la OSCE se encarga de controlar el respeto de los acuerdos de paz de Minsk en el este rebelde de Ucrania.

"Las misiones de vigilancia por ahora no han detectado nada anormal en el territorio" pero, en la frontera, "nos es imposible saber qué pasa", advirtió Carpenter.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también se mostró alarmado . "El riesgo de un nuevo conflicto armado es real. La salida de la crisis atañe a Rusia. Debe implicarse en la desescalada", dijo.

En ese ambiente de tensión y ante un diálogo que evidenció ‘ser de sordos’, la Unión Europea decidió prorrogar por seis meses más las sanciones económicas que pesan contra Rusia por la falta de implementación de los acuerdos para pacificar el este de Ucrania.

En vigor desde marzo de 2015, las sanciones económicas europeas contra Rusia están condicionadas a la evolución de los acontecimientos en la crisis ucraniana y, desde entonces, se han venido prorrogando puntualmente.

Las medidas restringen el acceso al mercado de capitales de cinco bancos estatales rusos, así como a sus filiales fuera de la UE y a aquellas que actúan en su nombre o bajo su control. También se restringió la financiación a tres compañías petroleras -Rosneft, Transneft y Gazprom Neft, filial petrolera del gigante de gas ruso- y a otras tres compañías de defensa rusas.

Incluyen además un embargo a la importación y exportación de armas y material relacionado a Rusia y la prohibición de exportar bienes y tecnologías de uso dual, civil y militar, para uso militar en Rusia, a militares rusos y a nueve compañías de defensa mixtas.

Surtidos los tres encuentros de esta semana con los voceros de Rusia, si bien no se tomó ninguna decisión formal, la expresión política de las partes dejó al descubierto que es tan difícil como lejano la posibilidad de acuerdo alguno, lo que mantendrá la elevada tensión por la crisis de Ucrania y genera temores por los planes militares rusos en América Latina. /