Así será el permiso para comercializar piel del caimán aguja | El Nuevo Siglo
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Lunes, 28 de Enero de 2019
Redacción Nacional

La falta de información sobre los verdaderos alcances de la decisión del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible sobre el levantamiento de la veda para el comercio de la piel del caimán aguja, provocó malos entendidos frente a una medida que los expertos califican de “necesaria”.

En realidad lo que hace la Resolución 2998 de diciembre de 2018 de la cartera ambiental es levantar parcialmente la veda que había sido establecida por el antiguo Inderena desde 1969 con relación al Crocodylus acutus, más conocido como caimán aguja por la forma de su hocico.

Sin embargo, el levantamiento de la veda no es generalizada a todas las regiones del país donde hay presencia de esta especie incluida en el ‘Libro rojo de reptiles en vías de extinción’, del Instituto Alexander Von Humboldt.

Es exclusivamente para la bahía de Cispatá y los manglares de Tinajoes, La Balsa y sectores aledaños que forman parte del Distrito de Manejo Integrado, en el departamento de Córdoba, donde desde hace dos décadas se adelanta un proyecto de conservación del caimán aguja.

La decisión

De acuerdo con la bióloga Clara Lucía Sierra Díaz, quien por más de 20 años ha trabajado en el programa Conservación del Caimán Aguja en el departamento de Córdoba, la decisión del Minambiente obedece a que esta especie de reptiles se recuperó después de estar prácticamente en extinción.

“La población de antiguos cazadores le ha dedicado tiempo a este proceso de protección de la especie silvestre, y a partir de ahí los excedentes de la población pueden usarlos para su seguridad alimentaria. Entones estamos hablando de unas cuotas de aprovechamiento que en ningún caso ponen en riesgo la población silvestre”, señaló la experta al noticiero LaRazón.co, de Córdoba.

Quiere decir, que luego de los inventarios anuales que tiene que hacer la Corporación Ambiental de los Valles del Sinú y San Jorge, los cazadores tendrán la posibilidad de tomar huevos del medio natural e incubarlos en zoocriaderos cerrados, solamente en la cantidad que se les dé permiso, y cuando crezcan hasta la edad adulta. Entonces lo que hay es un poco de desinformación, porque en ningún momento se van a cazar animales silvestres”.

Se incubarán los huevos, se criarán los animales, solamente el 5% de la cría va a aprovechamiento, y el resto se devuelve al medio natural.

Inclusive, dijo que el levantamiento de la veda aplicará solo en las zonas donde se realizó el programa de recuperación de la especie, donde se ha demostrado que la recuperación llegó a más del 250%, “y solamente se aprovechará el 5% de las especies desarrolladas, el resto se devolverá al ambiente natural”.

Este proceso tiene que ser supervisado por organizaciones internacionales de conservación de especies silvestres, y por las autoridades ambientales nacionales.

Estudios científicos

Por su parte, el exministro de Ambiente, Juan Mayr Maldonado, explicó que el tema de prohibiciones de licencias de fauna y zoocrías tiene que estar respaldado por estudios técnicos muy serios.

“Todos estos temas deben ser evaluados de manera técnica y científica, de manera que cualquier decisión que tome el Ministerio cuente con estudios muy precisos que le permitan llegar a las conclusiones para levantar esas prohibiciones. Esas decisiones no se toman así por así”, aseguró.

Asimismo agregó que todos los estudios deben demostrar de manera clara y transparente que la especie no se va a ver vulnerada ni amenazada por la decisión.

“Lo que entiendo es que la decisión del Ministerio de Ambiente tiene que ver con zoocriaderos y no de poblaciones naturales. De ser así, el Ministerio tiene toda la facultad para tomar estas decisiones”.

No obstante, Mayr recordó que el caimán aguja es una especie que hace unos años estuvo en vía de extinción y muy amenazada en algunas regiones del país.

La importancia del ‘caretabla’

La decisión del Ministerio de Ambiente se basó, entre otras normas, en los preceptos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, de la que forma parte Colombia desde 1981, y que cada tres años revisa que el comercio internacional no vaya en detrimento de las poblaciones naturales de especies.

Pero, ¿por qué el caimán aguja, también conocido como ‘caretabla’, es tan apetecido por los cazadores? Las razones son varias. De acuerdo con el Zoológico de Barranquilla, esta especie “disemina una gran cantidad de materia orgánica por medio de sus excrementos, lo cual ayuda a las poblaciones de peces ya que enriquece el lecho del río”.

Además, la caza y recolección ocasional de huevos y carne para el consumo humano hacen del ‘caretabla’ una especie de mucha demanda.

Pero no solo eso: de su carne se extraen algunos subproductos para ser usados en la medicina tradicional como la grasa y huesos, mientras que su piel es considerada de alto valor comercial en la industria peletera debido al bajo número de osteodermos dorsales –placas óseas- y la irregularidad de su escamaje.

En Colombia el aprovechamiento de la piel del caimán aguja solamente es permitida en ciclo cerrado, es decir en zoocriaderos, no en ambientes naturales, y solo con individuos adultos. En el país hay legalmente registrados siete zoocriaderos.

Esta especie de cocodrilo alcanza en la adultez una talla promedio de cinco metros de largo, aunque hay reportes de algunos individuos de entre seis y siete metros, que la hacen única en el mundo.

El dato

El caimán aguja hace presencia en regiones continentales e insulares, y son agresivos con los humanos. Se ubica en casi toda Latinoamérica y Estados Unidos, y en Colombia se le encuentra en los departamentos de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila, La Guajira, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander, Sucre, Tolima y Valle del Cauca.