¿‘Precampaña’ uribista para 2022? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 27 de Enero de 2019
Redacción Política

A punto de cumplirse seis meses de la llegada al poder de Iván Duque, las movidas internas en el Centro Democrático para acomodarse como “partido de gobierno” y definir el futuro de sus principales fichas se suceden día tras día.

No es un proceso fácil e incluso hay varios alfiles uribistas que no terminaron entrando al Ejecutivo, pese a que les ofrecieron ministerios, institutos, agencias y hasta embajadas. De otros se dice que no están muy de acuerdo con algunas de las decisiones tomadas por Duque tanto en materia burocrática como de posturas políticas, razón por la cual han preferido “mirar los toros desde la barrera” hasta que se aclare un poco el panorama. Y no faltan los que le han dicho a la Casa de Nariño que prefieren hacer parte del gobierno en la segunda etapa, cuando se empiecen a hacer los cambios de los altos funcionarios que poco a poco se irán desgastando…

Si se revisa la plana mayor del Centro Democrático y cuántos de esos dirigentes de primera línea -que no estén en el Congreso- han entrado al Ejecutivo, se ve que la mayoría fueron nombrados. Quizá la ausencia más visible sea la del excandidato presidencial de 2014, Óscar Iván Zuluaga, de quien se dice le fue ofrecido entrar al gabinete, embajadas y otros altos cargos, los cuales rechazó amablemente. Hoy no se sabe exactamente qué pasará con él en el corto plazo. Según algunos allegados está esperando a finiquitar cualquier rezago de investigaciones penales, administrativas o disciplinarias en su contra y luego sí entraría al Ejecutivo. Otras voces uribistas lo ven como candidato a las elecciones regionales de octubre, incluso para la Alcaldía de Bogotá. Y no faltan los que consideran que mejor esperará a los próximos comicios presidenciales de 2022.

¿Y el resto?

Aparte del expresidente Álvaro Uribe -hoy en el Senado- los otros dirigentes de primera línea uribista eran el ex vicepresidente Francisco Santos, titular ya de la Embajada en Estados Unidos, pese a que sonaba como candidato a la Alcaldía de Bogotá.

De los cinco precandidatos del Centro Democrático que compitieron con Duque en las encuestas internas que se realizaron a finales de 2017, las senadoras Paloma Valencia y María del Rosario Guerra salieron electas en los comicios de marzo de 2018. La primera, aunque se preveía que podría presidir el Senado en la legislatura de arranque -cargo que al final terminó en Ernesto Macías-, ha seguido posicionándose al interior y exterior del uribismo, al punto que hoy hay quienes ya le ven como una fuerte precandidata presidencial para 2022. Aunque el expresidente Uribe le sugirió a finales de diciembre pasado que pensara en la posibilidad de renunciar a la curul y lanzarse a la Alcaldía de Bogotá, al final no lo hizo, contrario al representante Samuel Hoyos que sí abandonó la Cámara y ahora es precandidato, junto a los concejales Diego Molano y Ángela Garzón.

En cuanto a la senadora Guerra, otra de las fuertes alfiles del uribismo, también se afirma que volverá a intentar una precandidatura presidencial para suceder a Duque, aunque es claro que su casa política sufrió un revés indirecto luego de que su hermano, el exsenador Antonio Guerra, no alcanzara a repetir curul a nombre de Cambio Radical en los comicios parlamentarios del año pasado.

A su turno el ex viceminitro de Justicia, Rafael Nieto Loaiza, que sonó en agosto pasado para ocupar ministerios como el de Justicia y otros altos cargos, e incluso alguna embajada, al final no terminó aceptando ningún tipo de ofrecimiento gubernamental. Hoy, en su rol de analista y columnista, es una de las voces más escuchadas del uribismo y en no pocas ocasiones sus opiniones lo han llevado a ser considerado como uno de los escuderos más inteligentes y efectivos del gobierno Duque, incluso cuando ha diferido de los criterios de la Casa de Nariño.

El quinto de los precandidatos que compitió en las encuestas internas con Duque fue Carlos Holmes Trujillo, quien en su rol de Canciller se ha convertido, en pocos meses, en uno de los ministros de mayor peso específico e influencia en la Casa de Nariño. Incluso, no pocos analistas, tanto al interior del uribismo como por fuera, consideran que cada día es más evidente que hay un pulso de influencia política y vocería autorizada entre él y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Un pulso que, pese a que Duque no ha cumplido ni seis meses en el cargo, tiene como telón de fondo la competencia tempranera por la sucesión presidencial de 2022. Es más, en medio de las críticas que han surgido a la gestión del gabinete y su falta de experticia política, hay voces en el Centro Democrático que recomiendan que Trujillo pase a la cartera del Interior para ‘enderezar’ la marcha del Ejecutivo y su capacidad de liderazgo en un Congreso con unas mayorías oficialistas muy ajustadas y con algunas fisuras visibles, sobre todo en la bancada uribista y La U.

Como se ve, a punto de cumplir seis meses en el gobierno, la partida de ajedrez en la que se mueven las principales fichas del Centro Democrático continúa. No existiendo reelección presidencial, varios tienen la mira puesta desde ya en la próxima contienda por la Casa de Nariño. No hay que olvidar que Duque era un desconocido para gran parte del país siete meses antes de la primera vuelta y el tsunami uribista lo llevó al poder rápidamente. A lo mismo apuestan muchos de sus antiguos rivales de filas en 2017. El expresidente Uribe lo sabe y los deja competir libremente tanto en cuestión mediática como en juego político, consciente de que todavía falta mucho tiempo y cada quien debe buscar posicionarse lo mejor posible para cuando llegue la hora de las definiciones internas. Ello explica por qué ninguno de sus principales alfiles está participando en la campaña por las principales gobernaciones o alcaldías. Hay una ‘precampaña’ presidencial uribista ya, puede que de muy baja intensidad, pero de que existe, existe.