Controversia por déficit de policías en Bogotá | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Febrero de 2019
Redacción Nacional

En medio de la inseguridad que se ha mantenido con picos altos en la capital de la República, en los últimos años han surgido varias propuestas acerca de la Policía, principalmente para compensar el déficit del pie de fuerza. Se ha propuesto por ejemplo sacar el Ejército a las calles, revivir la Policía cívica y ahora se planteó una a cargo de Bogotá para cumplir funciones administrativas.

Esta última iniciativa es del concejal del Centro Democrático Diego Andrés Molano Aponte, quien es uno de los precandidatos de esta colectividad a la Alcaldía de Bogotá en los comicios de este año.

Molano indicó a EL NUEVO SIGLO que “Bogotá ha tenido un déficit de policías en los últimos 12 años, y cada vez que Bogotá hace una solicitud de policía, todos los alcaldes prometen incremento, siempre se encuentra con una gran dificultad, es el déficit de fuerza a nivel nacional. Y para el nivel nacional es difícil aplicarle los requisitos de déficit de policía, y lo que hace es que entra una policía que manda la policía nacional, pero esa policía lo que hace después es que a la medida que van saliendo de la ciudad son movilizados a otros sitios, no se queda en la ciudad”.

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Molano explicó que hoy se tienen 18 mil uniformados en  tres turnos con un déficit de “casi 12 mil policías porque deberíamos tener 30 mil si uno toma el estándar internacional”.

El concejal Molano explicó que “lo que estamos proponiendo es los siguiente: la Ley 94 específicamente sobre el tema de policía establece en un artículo que Bogotá puede crear una policía con la autorización de la Policía Nacional, que sea financiada y pagada por el Distrito. Es una policía bajo la coordinación de la Policía Nacional, pero que se prepara, se entrena y se paga por el Distrito con asignación de funciones administrativas”.

Añadió que “sería una policía que podría cumplir funciones que le asigne el Concejo Distrital a partir de presentar un acuerdo”.

Enfatizó que “la hemos llamado policía propia porque se crea” por el Concejo. “No es la policía cívica tradicional sino es la policía que tiene funciones administrativas y que se crea por acuerdo distrital y que se pone bajo las órdenes de la Policía”.

Destacó Molano “que con las funciones que allí están señaladas consideramos que se puede tener permanencia en Bogotá y progresivamente bajo órdenes de la policía, eso sí, puede  llegar a suplir las necesidades que tiene Bogotá en tres aspectos: la policía en Transmilenio, el tema de cuidado en entornos escolares y adicionalmente el tema de parques”.

El Concejal dijo que también esta policía podría cumplir “con una tarea especial en la aplicación de las tiqueteras del Código de Policía”.

Explicó que “no estaría armada, es una policía con funciones públicas administrativas, pero hace por supuesto coordinación en el patrullaje en calle con la policía del cuadrante y con la Policía Metropolitana. Lo que pasa es que Bogotá la financia, la paga y la entrena con los temas de formación en coordinación con la policía del Distrito Capital.

 

Miradas a la propuesta

EL NUEVO SIGLO consultó a varios conocedores en la materia sobre la propuesta del concejal Molano y otras que se han hecho comprometiendo a Bogotá presupuestalmente con la Policía en la ciudad.

El exsenador y experto en seguridad Alfredo Rangel indicó: “Creo que tener una Policía Nacional ha sido un gran avance para el país, que ha permitido un control central de la Policía y la ha resguardado de problemas de burocratismo, de corrupción, de clientelismo que suelen suceder en las policías locales”.

“Efectivamente Bogotá necesita más pie de fuerza de la Policía, lo que creo es que debería establecerse un convenio entre el Distrito y la Policía Nacional para que el Distrito financie un incremento sustancial del pie de fuerza para Bogotá, sin tener que formar un cuerpo aparte sino con los recursos de Bogotá para poder solventar los costos adicionales que tenga la Policía Nacional para aumentar el pie de fuerza permanentemente en Bogotá”, agregó.

Por su parte el general (r) Luis Ernesto Gilibert, quien fue director de la Policía Nacional, consideró que “hablar de una policía propia es no conocer la situación económica del país. Una policía vale mucha plata, una policía no es contratar cuatro o cinco ‘guachimanes’. Hay que montar escuelas para formar a la gente, hay que tener una nómina muy importante. Esa gente tiende a pensionarse, hay que darle seguridad social, hay que darle sanidad, y no creo que una ciudad como Bogotá tenga el músculo financiero para meterse en esa aventura tan grande. Cada policía tiene cuatro personas atrás, que son su familia, la seguridad de esa gente vale mucha plata. Pienso que es una idea medio traída de los cabellos”.

 

Politización

En tanto que el general (r) Héctor Darío Castro, quien fue subdirector de la Policía Nacional, dijo que “considero totalmente inconveniente que haya una policía autónoma para Bogotá, para cualquier ciudad o cualquier departamento. Ya vivimos la experiencia de policías locales y policías regionales, y lo único que se logró fue la politización, que se convirtieran en cuotas políticas de los gobernantes de turno, y una policía política es una policía que se desnaturaliza totalmente”.

Asimismo añadió que “es cierto que hace falta policía para la ciudad de Bogotá, pero todo tendría que hacerse a través de convenios con el Gobierno nacional, si es que el Distrito quiere participar en la financiación de la policía con el Gobierno nacional para aumentar la policía, y que el Distrito entrara a negociar con el Ministerio de Hacienda para apoyar económicamente el mantenimiento de esos policías. Pero siempre que sean policías nacionales, con una sola filosofía, con una sola doctrina, con una sola orientación que los aleje totalmente de cualquier politización”.

Castro puso como ejemplo que “las policías de tránsito municipal son policías que están manejadas por los mandatarios de turno. Los policías o los guías que están utilizando algunos municipios son cuotas políticas de los alcaldes, y la policía no puede retroceder para regresar otra vez a la orientación política”.

Concluyó que “en buena hora que se aumente el pie de fuerza de la policía, pero que esté dentro de la Policía Nacional con la misma doctrina, la misma filosofía, y alejada totalmente de cualquier intención política”.