El Pacto por Colombia ha sido la frase escogida, posiblemente entre otras muchas, por el Presidente Duque para distinguir su gobierno y se hace necesario que el imaginario colectivo lo entienda y que sobre todo lo incluya en el léxico popular, pues finalmente viene a ser su derrotero.
Si no fueron los míticos cien días suficientes para imprimir al ciudadano la trascendencia y claridad de este propósito, luego de las objeciones presidenciales por inconveniencia presentadas al proyecto de ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz - EP- sumada al anuncio de reforma constitucional de la JEP en tres puntos específicos y al inicio del debate al Plan Nacional de Desarrollo, comienzan a darse los visos del sello esperado.
Y pareciera que las buenas intenciones del Pacto sólo vienen a entenderse cuando se mezcla con los asuntos de mayor interés, por los cuales se votó a favor o en contra del Presidente Duque, cuáles fueron los ajustes al Acuerdo con las Farc, que tienen que ver con los argumentos de quienes votaron el Si o el No del plebiscito y que marcaban la diferencia o no con el gobierno de Santos.
Puede afirmarse que el triunfo de Duque venía con una esperanza de reforma de la JEP en consonancia además con el resultado del plebiscito. Sus objeciones son consistentes. Son seis fundamentales, dentro de un proyecto de 159 artículos, que pueden someterse -si se quiere- a un diálogo constructivo, como se argumentó en uno de los editoriales de este diario.
Al llegar este debate al Congreso, tanto las objeciones como la reforma institucional de la JEP, han puesto en alerta a una ciudadanía que venía a la expectativa -por demás después de una reforma tributaria- y es el momento para acometer las fuerzas y transmitir con el talante conocido, en coherencia, que la obsesión del Presidente es concentrar sus acciones hacia la legalidad, el emprendimiento y la equidad, bajo el llamado Pacto por Colombia. Tal vez sea necesario divulgar con nuevas herramientas de branding este propósito.
Cualquier colombiano debería poder contestar en la calle que su Presidente está trabajando por “el que la hace, la paga”, como fórmula para combatir la corrupción y la debilidad de la justicia; que su gran meta es el apoyo a la creación y la sostenibilidad de las empresas y que la dupla legalidad y emprendimiento son las bases para generar mayor equidad de oportunidades y menores brechas entre regiones. Esto lo determinará la habilidad para encontrar las imágenes, los gestos, los hechos y las palabras que toquen la fibra.
Vale recordar que “una marca es lo que los demás piensan que es”, es la percepción que se fundamenta en cómo lo ven, en los sentimientos que despierta y en especial en el que se dice, que en el caso del Presidente está dada por sus determinaciones, como las recientemente tomadas. Así que hablemos del Pacto por Colombia.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI