La rentabilidad del odio | El Nuevo Siglo
Lunes, 18 de Abril de 2022

Twitter está lejos de ser la red social más popular y utilizada por la ciudadanía. Sin embargo, si concentra la mayor cantidad de lideres de opinión, periodistas, políticos y gente con capacidad de toma de decisiones participando activamente. Twitter genera titulares en los medios de comunicación, construye opinión pública y empuja la toma de acción en el sector público y privado. Esa es una de las razones, entre muchas otras, por las cuales el multimillonario dueño de Tesla, Elon Musk, está obsesionado con adquirirla en su totalidad. Pero Twitter también es la red social en donde la rentabilidad del odio es mayor.

Esa rentabilidad que han encontrado los más influyentes participantes de Twitter ha llevado a periodistas y políticos, entre otros tantos, a ser supremamente agresivos, aniquilar a los otros con palabras y a no encontrar nada positivo en el panorama de la coyuntura actual. Ser positivo no genera seguidores en el mundo de la opinión política en redes sociales, lo que hace ganar seguidores es el odio y encontrar un enemigo común. No en vano varios buenos políticos jóvenes que se quemaron en las elecciones a Congreso, el pasado 13 de marzo, aceptaron que el error fue no haber encontrado alguien o algo con quien enfurecerse y generar rabia en los votantes.  Así lo confesaba Mauricio Toro en una entrevista que le hice en Blu Radio hace más o menos un mes. En una de las anécdotas que contaba evidenció cómo una colega suya, que si salió elegida, decía: “Esto no es con propuestas, esto se gana encontrando un enemigo”.

Lamentablemente esa mentalidad de rentabilizar la rabia se ha trasladado a otros espacios de la sociedad generando un ambiente peligroso, no solo en Colombia sino en diferentes países de América Latina. Ese ambiente que venimos generando es responsabilidad de todos. De manera egoísta gente muy prestigiosa e influyente no ha pensado en las consecuencias que generan esas actuaciones que en el fondo lo que buscan es tener más seguidores e influencia. Es legítimo que políticos, periodistas y líderes de opinión quieran tener mayor visibilidad, esa es muchas veces la motivación de su trabajo. Sin embargo, el egoísmo y falta de visión ha llegado muy lejos. La desestabilización institucional y la exacerbación de un descontento generalizado aupado por quienes son más visibles está desbordándose. Basta con entrar a mirar las tendencias diarias en Twitter para darse cuenta de ello, siempre hay alguno que es atacando a algún ser humano, desprestigiándolo y queriendo cancelarlo y “bulearlo.”

Solo nos quejamos y nos damos cuenta de esta realidad cuando somos las víctimas. Pero olvidamos que al final también es nuestra responsabilidad y hay una reflexión que se debe hacer al respecto. Yo creo que es tarde para enderezar el camino, el egoísmo del ser humano lleva a que lo que se ha ganado con la estrategia de rentabilizar el odio no se quiera perder. Pero como estamos iniciando la semana de pascua, en un país principalmente católico, vale la pena pensar que existen segundas oportunidades y que todavía podemos pensar que se puede cambiar para reducir un poco la pugnacidad en la que andábamos viviendo.

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