AMLO: entre la ruptura y la ambigüedad | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 19 de Mayo de 2019
Natalia Mariño*

DESPUÉS de tres intentos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó a la presidencia de México con la votación más alta en la historia reciente de ese país, a nombre del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de izquierda, en medio de una ola de gobiernos de derecha en América Latina. Gran parte de la población, cansada de la desbordada corrupción y violencia, ha apoyado el proyecto de López Obrador que promete una profunda transformación de México, a través de la lucha contra la corrupción y la retórica contra la élite tradicional.

Pero este discurso de rompimiento con la política del pasado, ha estado también acompañado de cierta ambigüedad con algunos proyectos e iniciativas en los cinco primeros meses de gobierno. El Jefe de Estado azteca cuenta con alta popularidad, pero el tema económico y la violencia son factores que, si no se cumplen, podrían cuestionar el mandato de López Obrador en un futuro.

Inconsistencias

Los discursos de López Obrador, catalogados por algunos como populistas, se han centrado en demostrarle al pueblo un cambio, por ejemplo, al anunciar la reducción de su salario en un 40%, disminuir los beneficios que se otorgaban a los funcionarios de alto rango del Estado, austeridad en el gasto público y fomentar la democracia participativa. Si bien en sus primeros cinco meses de gobierno ha tenido importantes logros como la estrategia contra el robo de combustible, hay inconsistencias entre lo que prometió y su implementación.

López Obrador, primero como presidente electo y luego en ejercicio, promovió referendos a grandes obras de infraestructura, como la construcción del nuevo aeropuerto cerca a Ciudad de México, o a decisiones que, según él, ameritan la opinión ciudadana. Al respecto, realizó un referendo para que la población decidiera si se frenaba con ese proyecto que ya llevaba alrededor del 30% ejecutado y una multimillonaria inversión, con un resultado en el que solamente el 1% de la población habilitada, votó.

Sin embargo, acudir a las consultas ha sido una práctica cuestionada porque no están respaldadas por el Instituto Nacional Electoral (INE). Más allá de esto, el propósito de AMLO con este mecanismo ha sido disfrazar de democracia participativa una actuación puramente personalista y de conveniencia. “Consultar a la opinión pública es encomiable y razonable para pulsar qué cree la sociedad sobre un asunto álgido en un momento determinado, pero una baja convocatoria y el uso pueril o desmedido desmerecen los referendos como herramienta. Y en México, con AMLO, los referendos están siendo empleados en actos de ficción democrática. El ‘democratismo’ vacío de AMLO es dañino porque no tiene interés real en la opinión pública a menos que esos individuos estén de acuerdo con el Presidente, de manera que solo consulta cuando le conviene”, afirmó Diego Fonseca en el New York Times.

El discurso y las acciones que prometió el nuevo Mandatario se han transformado. Así sucedió con la creación de la Guardia Nacional, una medida para enfrentar los altos índices de violencia que en 2018 llegaron a 33.342 homicidios. López Obrador modificó su idea inicial de retirar a los militares de las calles y el Congreso aprobó la creación de dicha Guardia que consiste en reclutar a 50.000 jóvenes para formar una policía ciudadana bajo el mando de las Fuerzas Armadas.

Esto ha generado críticas de expertos y defensores de derechos humanos que dicen temer una militarización del país y paradójicamente un incremento de la violencia, como sucedió en los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto, cuando los operativos para combatir el crimen y la violencia, a través del fortalecimiento de las fuerzas armadas, dispararon la criminalidad. Así, más allá de buscar un cambio con respecto a sus antecesores, ha terminado tomando decisiones muy similares.

Así mismo, el 1 de mayo, AMLO presentó el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 en el que planteó un crecimiento económico del 4%. Pero, según comentó Animal Político, una publicación de periodismo digital mexicana, “este 30 de abril, el Inegi reportó que la economía de México retrocedió 0,2% en el primer trimestre de 2019”. Afirmó también este portal que la política de austeridad y la falta de confianza brindada a los inversionistas, podrían estar afectando la situación económica y que para lograr el 4% de crecimiento en promedio para los cuatro años, se requiere de un incremento sostenido por encima del 4,3%. En este sentido, hay una ambigüedad frente a las cifras del PND y la realidad que se proyecta en términos económicos.

López Obrador llegó a la presidencia con gran respaldo de la población y con un discurso de rompimiento frente a cómo se venía manejando la política en México. Actualmente detenta un poder significativo no solo del pueblo, sino también en el Congreso con mayoría de su partido en ambas cámaras. Su éxito está en lograr lo que prometió para mantener sus niveles de popularidad y devolverle a México su imagen de potencia regional, sin caer en un personalismo absoluto.

(*)@nataliamarinop