‘Cirugía’ a urgencias médicas | El Nuevo Siglo
Viernes, 31 de Mayo de 2019
  • Hay que regular eficientemente flujo de pacientes
  • Plan de choque contra congestión en este servicio

 

La atención en los servicios de urgencias médicas continúa siendo uno de los flancos más críticos del sistema de salud en Colombia. A diario miles y miles de colombianos que tienen que acudir de emergencia a un centro de salud, clínica u hospital se enfrentan con salas abarrotadas de desesperados pacientes, personal de médicos y enfermeras que tienen que multiplicarse para atenderlos e intrincados trámites administrativos relacionados con afiliaciones, medicamentos y autorizaciones de procedimientos… Todo ello no se compadece con quienes están sufriendo dolencias y patologías que requieren atención inmediata.

La verdad es que todavía persisten muchas deficiencias pese a que en los últimos años se han tomado  múltiples medidas para hacer más eficiente y humana la atención en los servicios de urgencias médicas, incluso proscribiendo el llamado ‘paseo de la muerte’, aquella fatal circunstancia que obligaba a los pacientes a ir de hospital en hospital hasta que alguno finalmente les brindara asistencia.

Días atrás el Ministerio de Salud expuso una serie de recomendaciones para tratar de agilizar la atención de las urgencias. Una de esas reformas se dirige a dar un mayor uso a los servicios preventivos de primer nivel, ya que está visto que muchas personas acuden a urgencias por dolencias que no ameritan acudir a emergencias, en donde ya de por sí el flujo de pacientes es muy alto.

Otra medida viable podría ser la de ampliar los horarios para consulta prioritaria, especialmente los fines de semana, dando la oportunidad a que la persona sea atendida por los médicos de turno normal y que ir a urgencias no sea la única alternativa a la mano.

Incentivar la medicina familiar es otra de las alternativas que podría implementarse, ya que por esta vía los galenos y demás personal médico pueden realizar una labor más integral y preventiva a cada persona, precaviendo tratamientos y otros procedimientos con suficiente antelación y trámite tranquilo.

Igualmente el Ministerio considera que se requiere promover que los servicios de urgencias de baja complejidad tengan mayor capacidad resolutiva, especialmente en aquellos barrios o zonas donde se identifica una mayor demanda.

A todo lo anterior se podría sumar una revisión eficiente del flujo de pacientes dentro de cada institución, para que mejore su eficiencia con rondas integradas, agilización de las ayudas diagnósticas, el establecimiento de procesos de planeación de altas tempranas y la rapidez de traslado de pacientes a quirófanos o unidades de cuidado intensivo y de estos a las salas de hospitalización.

En la medida en que esas alternativas se generalicen, se disminuirá la congestión en los servicios de urgencias y, por esa vía, mejorará la atención a las emergencias prioritarias. Y esto es aún más clave si se tiene en cuenta que a raíz del asesinato reciente de un doctor en El Bagre (Antioquia), cuyas causas aún están por establecer pese a que ya hay varios capturados, han salido a la luz pública una serie de casos en que el personal médico en varias zonas del país termina siendo objeto de agresiones físicas y verbales, e incluso de actos de violencia más graves, por parte de pacientes o familiares y allegados de estos que los acusan de no atenderlos en debida forma en los servicios de urgencias, que por lo general permanecen atiborrados de enfermos o no cuentan con los niveles de complejidad necesarios para viabilizar tratamientos y procedimientos a quienes presentan cuadros clínicos delicados.

También es necesario realizar campañas pedagógicas con quienes asisten a los servicios de urgencias. A partir de la Ley Estatutaria que elevó la salud a derecho fundamental se pusieron en práctica nuevos criterios para la clasificación de pacientes, lo que se denomina “triage”, cuyo objetivo es la valoración rápida y ordenada de quienes presentan una emergencia médica, identificando a aquellos que requieren de una atención inmediata y prioritaria porque están en riesgo evidente de muerte o de sufrir secuelas o complicaciones irreparables. No se puede negar que en medio del desespero propio de quien está en una sala de urgencias, todos quieren ser atendidos rápidamente, dando lugar a protestas e inconformidades que en algunos casos se salen de control. Es allí en donde es clave que el personal médico especialmente preparado para esta labor pueda explicarles de forma clara y concisa porque no se atiende en orden de llegada sino de gravedad.

Visto todo lo anterior, queda en evidencia que sí se generaliza esta ‘cirugía’ a los servicios de urgencias médicas, el sistema de salud habrá dado un paso clave en materia de calidad y eficiencia.