El presidente Iván Duque anunció que en abril del próximo año se tendrán listas en la isla de Providencia 1.300 casas entre las que serán instaladas nuevas, algunas con intervención estructural y otras reconstruidas.

En medio de este difícil panorama más de 2 mil habitantes de Providencia se han ido a San Andrés a casas de familiares y albergues, según Walt Hayes, secretario del Raizal Council.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está la situación del pueblo raizal tras más de un mes del paso de los huracanes?

WALT HAYES: Como todos saben estos fenómenos naturales, Eta e Iota, con una frecuencia de unos 15 días de por medio generaron desastres naturales en el archipiélago, generaron una crisis al pueblo raizal de toda clase. Básicamente en la isla de Providencia y Santa Catalina los destrozos en infraestructura y vivienda fueron casi que totales. En la isla de San Andrés, con menos intensidad, hubo destrozos en cuanto a la infraestructura vial y otros temas de los raizales que estaban a las costas donde tenían negocios comerciales, que tuvieron una afectación bastante grande.

Las viviendas es uno de los temas de mayor afectación en la actualidad en la isla de Providencia. De eso se derivan unas dificultades debido a que todavía en esta época del año están las lluvias y muchas personas no han tenido la posibilidad de cubrir techos. Entonces muchas más personas se están sumando a las donaciones de carpas.

No obstante hay muchísimas familias que quedaron totalmente a la intemperie y tienen que estar alojados donde otros familiares.

ENS: ¿En Providencia?

WH: Eso ha generado un éxodo bastante alto de miembros del pueblo raizal de la isla de Providencia que han emigrado hacia San Andrés para alojarse en donde familiares y en algunos albergues también que tenemos acá. Se estima alrededor de unas 2.000 personas del pueblo raizal de Providencia que han llegado a San Andrés, adultos, niños y otras personas que tienen el tema de alguna enfermedad.

Estos fenómenos naturales han generado una crisis de tipo social, económica y cultural.

El Gobierno ha venido apoyando con auxilios, y estamos a la expectativa del tiempo que tengamos para la reconstrucción del tejido social y económico de la isla de Providencia.

En este momento se está terminando de discutir sobre las viviendas que se van a construir por parte del Gobierno nacional.

ENS: En reciente visita del procurador Carrillo al archipiélago, voceros raizales manifestaron que a este pueblo no se le ha tomado en cuenta para hacer el plan de reconstrucción, ¿qué tanto los están escuchando el Gobierno nacional y departamental?

WH: Sí había un inconformismo en lo que es la participación efectiva. Sí se nos está llamando a algunas reuniones que tienen que ver con el tema de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, pero digamos que para participar dentro de la construcción de un plan en ese sentido, no hemos tenido una efectividad. El Gobierno hace muchas mesas dispersas con la población pero no hay una articulación efectiva como para que se pueda definir una participación en la reconstrucción de lo que se tiene que hacer con todo el tejido social.

Hay dos elementos diferentes que suceden en las dos islas: en Providencia hay una destrucción total de vivienda, infraestructura, pero eso genera un efecto en la isla de San Andrés que es la parte social. Entonces en ese sentido se tiene que articular todo eso, no son temas aislados, se tienen que articular como un todo.

ENS: El Gobierno ha anunciado que nuevas viviendas se harán con material resistente, ¿desde el punto de vista cultural y costumbres de los raizales cuál debe ser la apariencia de las casas?

WH: Hay una vivienda para la que los constructores de la isla de Providencia hicieron unos diseños que integran el concepto de seguridad como primordial, entendiéndose que tiene que ser algo resistente a un fenómeno similar, y de paso también debe obedecer al respeto de la cultura. La expresión arquitectónica cultural de nosotros también debe estar en esa vivienda.

Hasta la fecha hay un diseño hecho por parte de un grupo de maestros constructores raizales de la isla de Providencia al Gobierno y por ahí están trabajando.

Hay propuestas también de otros raizales que están en evaluación para revisar cómo van a funcionar en tanto lo que uno espera de las condiciones de resistencia y condiciones culturales.

Lo que sí se está tratando de dar el mensaje al Gobierno es que no debe haber uniformidad, no puede haber una única solución de vivienda arquitectónicamente hablando o de fachada. Lo que el pueblo provinciano llama es que no se puede uniformar a la isla, que culturalmente tiene muchas diferencias.